Es que no puedo adueñarme del tiempo y viajar por él como para enmendar errores y hacer que todo sea distinto como quisiera. Leerlo en una novela me apasiona y haber terminado aquella de la doctora Hargrave situada en un tiempo tan lejano al mío y tan cercano en su marco geográfico al de ella pone de relieve el deseo súbito de luchar también hasta conseguir cualquier sueño que se pose en mi alcoba mientras contemplo letras de libros que han hecho que alguien se deje atrapar alguna vez por mis embrollos habituales. Alguien debiera cuidarme para no llegar al precipicio de mis pensamientos sabiendo que bien podré arrojarme sin miedo a estrellarme tantas veces como para querer dejar mi mente en blanco en lo sucesivo; no sé qué tanto valga la pena recorrer caminos no transitados hasta encontrar la huella de mis ideas en tierras lejanas y ajenas. Nunca pensé que pudiera llegar tan lejos y estar donde ella está, como si fuera sencillo abrir la puerta y encontrarla en un abrazo, o verme reflejado en su mirada las veces que quisiera. Será que tal vez si fuera así, no lo tomaría tan a pecho y no le encontraría sentido a vagar con las palabras hasta ningún lugar.
Con una canción puedo perderme y olvidar hasta que existo; en una película te encuentro como si el encuentro fuera premeditado, y a veces escribo poesía que quieren respetar ninguna estructura y vos decidiste comprarlas y adueñarte del poeta, porque así parece haberlo querido el Orquestador de este gran rompecabezas que intento armar para saber si acaso es tu retrato el que se escondía entre los miles de fragmentos que ahora acomodo entre palabras.
©26/04/2011 MJP | San Carlos de Bariloche, Argentina
La Voz de Bariloche 
Deja un comentario