El canto de un alma poética…

Hambre Argentina


Pocos temas son más escabrosos e invisibilizados en un país construido con una matriz perversa de la producción de riqueza para pocas manos a costa de la miseria de las mayorías.

Hasta hace poco tiempo, la excelente y tan bien dirigida publicación Caras y Caretas, pasaba desapercibida en el universo kiosquero al que siempre estoy atento. La vidriera de septiembre pasado publicitaba una tapa que decía mucho sobre un tema que me interesaba aprender: Los Argentinos Somos Derechos y Humanos. No me defraudó la publicación y sumé al bagaje esa parte tan oscura de nuestra historia donde hasta el deporte más popular de los argentinos se utilizó para maquillar atroces crímenes de Estado.

Luego de ese descubrimiento, en una visita al supermercado para comprar enseres, encontré la publicación que no podía dejar pasar. Un título catástrofe y del que debiéramos avergonzarnos en un país con tanta riqueza: HAMBRE y la imagen de un niño mordiendo un zapato con además de asco sobre un lienzo que grafica el otro gran problema de Argentina, los transgénicos. El niño está atrapado en un cerco con alambres de púa.

El director general de esta publicación mensual es el reconocido historiador argentino y escritor Felipe Pigna quien, además de su columna editorial con la que aborda el asunto del hambre en el granero del mundo, nos lleva a los remotos inicios de la capital argentina para conocer el derrotero del desquiciado adelantado Don Pedro de Mendoza, fundador de lo que sería la ciudad más importante del país y una de las más importantes de Latinoamérica, Buenos Aires. Del drama del hambre en esa aventura de conquista por enemistarse con los querandíes (pobladores de esa zona conquistada por los enviados de la Corona española).

Pigna dice en su editorial que «el hambre no es endémica en la Argentina, la tierra del trigo, la soja y de la carne. Se redujo notablemente cuando se aplicaron políticas de producción inclusión y estímulo del consumo, y fue provocada en las reiteradas restauraciones conservadoras por las elites de turno en su afán acaparador y egoísta con sus planes de producción de miseria y desocupación.» Concluye su nota advirtiendo que el hambre será el primer tema grave a resolver por el gobierno electo de Alberto Fernández.

Y de allí, sin escalas a la primera gran nota de esta recomendadísima publicación: HAMBRE EN EL GRANERO. Una paradoja que no es tal. Aquí es donde se explica a cabalidad que el problema del hambre en Argentina no sea un mero accidente histórico:

Las crisis alimentarias se verificaron desde siempre en la Argentina moderna. Esa situación, inexplicable si se contemplan las riquezas naturales de estas tierras, es consecuencia de políticas de Estado que privilegiaron el rol agroexportador del país en detrimento del bienestar de su población.

Marcelo Rodriguez

En la nota coyuntural de este número, su autor, Marcelo Rodríguez hace un recorrido sobre el flagelo de miseria que salpicó al país a lo largo de su historia y que interesó en modo particular al mismo hombre que llenó su reputación con la sangre de los pueblos originarios a los que arrasó en la mal denominada «Conquista al Desierto», el general tucumano Julio Argentino Roca, quien durante su presidencia recibió del catalán Joan Bialet Massé un informe sobre el estado de las clases obreras argentinas donde se documentaba que al país le sobraban recursos para que todos sus trabajadores recibieran un salario que permitiera una vida digna para todos, de modo que se evitara la propagación de las ideas socialistas y anarquistas que arraigan en suelos manchados de miseria. Lejos de ese ideal, el país fue creciendo para un reducido grupo elitista de terratenientes que gestaron el país agroexportador que enviaba sus codiciadas materias primas al mundo, vendiendo la carne de primera calidad a precios más bajos para Europa de lo que costaba en Argentina para el trabajador una calidad cárnica de baja calidad. Entonces, el problema de la miseria en un país de vacas gordas no es su gente como tampoco el mal publicitado peronismo (dicho esto por mí y no de modo tan gráfico por el autor de la nota central en Caras y Caretas): la miseria y el hambre de los argentinos es un modelo de país; una cuestión de Estado que recién con la llegada del Peronismo al poder, allá por la mitad del siglo pasado, se intentó regular para lograr una redistribución que permitiera el ansiado y tan olvidado hoy Estado de Bienestar para los argentinos. Claro que, al llevar a cabo una política contraria por completo al designio histórico del país, se tocaban intereses muy poderosos en el país y mucho más allá también, porque el país no contaba con Soberanía en esos días de tanta dependencia.

En el último siglo tuvimos siempre valores cercanos al 30 por ciento de pobreza y con problemas crónicos de desnutrición.

Carlos González Carballo

Hoy, Argentina es un país donde su conglomerado más poblado arroja a la basura un equivalente a 550 mil raciones de comida. El recorrido histórico pasa desde los igualitarios años de la primera década peronista hasta los años del regreso de la democracia una vez finalizada la sanguinaria dictadura militar de finales de los años ’70. Los intentos del Dr. Raúl Alfonsín para mitigar la miseria neoliberal que heredaba de los militares. El derrotero de esos años privatizados donde el Mercado volvió a hacer cuanto quiso durante la última década del siglo XX y el retorno al poder de políticas de redistribución de la riqueza que balancearon nuevamente la calidad de vida de los argentinos. La llegada del Kirchnerismo y el hito de la Agisnación Universal por Hijo (AUH) como política de Estado, hasta esta realidad presente de un atroz neoliberalismo que nos retrotrajo unos 40 años otra vez, a los índices de miseria y endeudamiento de la última dictadura militar.

Pero este repaso histórico del hambre argentino va más allá de los gobiernos y las ideologías, porque aborda el problema global de la mala alimentación que convierte a nuestra población en obesos malnutridos, con un problema creciente de la diferencia en la calidad alimentaria entre los que menos tienen y quienes mejor poder adquisitivo cuentan.

QUÉ COMEMOS EN TIEMPOS DE CRISIS es otra de las notas que compone este nutritivo número gráfico que aborda un tema tan importante para la vida cotidiana de todos los seres humanos. Su autor alerta sobre la caída del consumo en estos términos: «En la Argentina pobre, inflacionaria y en emergencia alimentaria, es de mayor magnitud el problema del bajo consumo de los alimentos con connotaciones saludables que el consumo en exceso de alimentos poco saludables.«

La revista de Caras y Caretas dedicada al HAMBRE de Argentina continúa con artículos de igual tenor, altamente educativos que también interpelan a la sociedad toda para buscar las medidas necesarias para darle una mejor calidad de vida a los argentinos y erradicar esta vergonzosa historia para el país que se ha publicitado tantas veces como el «granero del mundo», pero donde más de la mitad de sus niños viven por debajo de la línea de pobreza, además de muy mal alimentados.

El tema publicitario de la alimentación como la industria de los alimentos ultraprocesados es un tema latente en todas las notas de este número. El experimento de Monsanto con nuestras tierras y la contaminación que trae graves consecuencias a la salud tanto como al ambiente, no escapa. Las distintas tribus urbanas de la alimentación y también la alta exposición mediática de los programas gourmet.

En una de sus entrevistas a la antropóloga especializada en alimentación, Patricia Aguirre, queda una frase como para tenerla en nuestras heladeras y tomar conciencia sobre la calidad alimentaria de nuestras mesas:

Tenemos chicos malnutridos por exceso, son gorditos, pero cuando llegan al hospital público y se hacen análisis de sangre son anémicos, esconden en su gordura todas sus carencias.

Patricia Aguirre, antropóloga

Y en estos días convulsionados a nivel regional en lo que a política y sociedad respecta, la nota tiene una joyita digna de imitar: el ejemplo chileno, porque, finalmente, y a pesar de toda esa propaganda pedorra del neoliberalismo, Chile sí es un modelo a seguir, cuando menos en lo que a legislación alimentaria se refiere. La nota se titula CHILE, EL EJEMPLO DE LA REGIÓN y trata el tema de los etiquetados en los productos que compramos todos los días.

Espero con este pequeño resumen haber motivado a que le preste atención a este tema que nos alcanza a todos y que lo tenemos al alcance de un click para investigarlo, profundizarlo y publicitarlo también. Muy agradecido por esta excelente publicación y el número dedicado al problema del hambre en el país de las vacas gordas. Felicidades a Felipe Pigna y a todo el equipo de Caras y Caretas por el excelente trabajo.

La publicación referida está disponible en kioscos de todo el país por estos días. Aprovechala.

Comentarios en: "Hambre Argentina" (1)

  1. Bibiana lepratte dijo:

    Quiero conseguir este número titulado Hambre en Argentina es de noviembre de 2019.

Deja un comentario