El canto de un alma poética…

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Yo, ello, super-yo y chupeteo artístico


Uno de los resúmenes de las Obras Completas de Sigmund Freud

La lectura de la obra de Freud, va llegando a su final y mucho aprendido a lo largo del camino recorrido por esos libros. Más de 200 ensayos comprende la obra y en esta edición especial de Siglo XXI Editores, se presenta en 26 tomos.

El padre del Psicoanálisis, una y otra vez vuelve sobre los fundamentos de su teoría y explica cómo llegó al entramado que hace a la constitución psíquica de cada individuo. La colección está presentada de este modo: «La presente edición contribuye a difundir la lectura de Freud más allá de los ámbitos médicos, psiquiátricos y psicoanalíticos, ampliando el acceso a un autor que, al margen de sus aportes teóricos y clínicos, está definitivamente instalado en el horizonte del pensamiento moderno.» Y como punto de arranque, se advierte que Sigmund Freud es una de las 3 personas que con su pensamiento modelaron al siglo XX, y la cotidianidad con la que se habla de lo freudiano, da la pauta del alcance de su obra.

En estas pequeñas reseñas de sus teorías se explica la constitución de la personalidad humana con sus tres partes: el yo, el ello y el super-yo. Sigmund Freud solía referirse al abordaje profano de una ciencia tan delicada como la Psicología y en particular, las teorías que dieron vida al Psicoanálisis, pero la lectura de su obra es una generosa educación incluso para profanos como yo que sencillamente disfrutan de sumergirse en el pensamiento de uno de los más importantes científicos que vio el siglo XX. Sus teorías recibieron el desprecio y repudio de su tiempo, y todavía hoy, algunas son vistas como herejes, pero sorprende lo adelantado a su tiempo que estaba con aquello que sostenía el médico nacido en el corazón de Europa.

Y fue en estos días pasados, gracias a la conmemoración del centenario del nacimiento de Cortázar y al énfasis que se da a esos números redondos, que lo escuché documentado en palabras al propio Julio refiriéndose a una época solitaria de su vida, trabajando como profesor en pequeñas ciudades de mi país, cuando se abocó a leer tanto que hasta las obras completas de Sigmund Freud pasaron por sus manos. Entonces, recordé que quizá fue en Obra Crítica III que lo había leído al fragmento ese, y me di cuenta que tal vez por ese antecedente y mi deseo siempre vigente de conocer la obra de grandes pensadores, fue que aproveché la ocasión que se dio con el lanzamiento de esta colección por parte del diario argentino La Nación.

Comparto dos citas escogidas más de esta enorme obra del pensamiento humano:

La sexualidad humana comienza en el mismo momento en que nos alimentamos por primera vez

La boca es, a partir del nacimiento, el primer órgano que aparece como zona erógena y que plantea al psiquismo exigencias libidinales. Primero, toda actividad psíquica está centrada en la satisfacción de las necesidades de esa zona. Naturalmente, la boca sirve en primer lugar a la autoconservación por medio de la nutrición, pero no se debe confundir la fisiología con la psicología. El chupeteo del niño, actividad en la que éste persiste con obstinación, es la manifestación más precoz de un impulso hacia la satisfacción que, si bien originado en la ingestión alimentaria y estimulado por ésta, tiende a alcanzar el placer independientemente de la nutrición, de modo que podemos y debemos considerarlo sexual.

CXCVI – COMPENDIO DEL PSICOANÁLISIS – tomo 25, p. 3385

 

el artista definido por Freud

El artista busca, en primer lugar, su propia liberación, y lo consigue comunicando su obra a aquellos que sufren la insatisfacción de iguales deseos.

MÚLTIPLE INTERÉS DEL PSICOANÁLISIS – tomo 14, p.1865