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Javier Milei y el volantazo argentino


CNN en español explica el fenómeno Milei de la siguiente forma: «cultivó su popularidad rotando en sets de televisión como comentarista económico Con su estilo vehemente y provocador, rápidamente se volvió un personaje indiscutido del prime time local, y algunos rasgos excéntricos de su personalidad terminaron de impulsarlo al estrellato televisivo«.

También, algo importante a destacar de esa crónica de CNN, es la incorporación a su equipo de dos economistas que tuvieron altos cargos durante la presidencia de Carlos Saúl Ménem, Roque Fernández y Carlos Rodríguez, de los cuales, este último destacó dos claras contrariedades a las promesas de Javier Milei: dolarizar la economía durante 2024 es imposible, mientras que dinamitar el Banco Central lo entiende como simple «slogan de campaña». Y lo que puedo destacar como principal contradicción de un discurso tan de fábula es que, si está tan en contra de la casta política, cómo es que se rodea de referentes que pertenecieron a uno de los gobiernos más corruptos de las últimas 4 décadas. Javier Milei destaca que la solución a los graves problemas políticos, está en manos del «problema» (la casta política), además de que es un símbolo de locura intentar las mismas cosas siempre, esperando distinto resultado. Sin embargo, Milei intenta resucitar esas políticas neoliberales, llevándolas al límite de lo extremo, que ya fueron probadas en Argentina, dejando al país en la mayor crisis política de su historia, de la cual, justamente, Milei utiliza la consigna «que se vayan todos» para posicionarse él mismo en el poder, con ideas tan radicales como la venta de órganos, la portación de armas, la eliminación de la educación pública actual y hasta la posibilidad de comerciar a los hijos.

Pero lo que más seduce al electorado argentino que lo vota es la dolarización, sin contemplarse que, en el actual estado de reservas, una devaluación brutal para conseguir ese plan de pérdida de la soberanía monetaria —además de convertirnos completamente en COLONIA del FMI—, llevaría al dólar a unos 10.000 pesos argentinos, por lo que, un jubilado que hoy cobra la mínima, de ninguna forma pasaría a ganar US$80.000, sino que tendría que conformarse con US$8 al mes, salvo que el país se hunda todavía mucho más en esos típicos empréstitos al que nos tuvieron acostumbrados todos esos estadistas históricos que gobernaron el país sometidos a los preceptos del poder global.

Milei usa también el cliché incomprobable de que «Argentina supo ser el país más rico del mundo», cuando en la práctica, en esos días de «riqueza», se despojaba a los habitantes originarios de sus tierras, para entregarlas a los grandes terratenientes porteños que sí podían disfrutar de las suntuosas y desiguales riquezas mal habidas.

¿Qué será del trabajador argentino que hoy está sumido en la pobreza, ante un hipotético gobierno de extrema Derecha?

Escuché a Javier Milei en su celebración pública muy eufórico porque era el fin del Kirchnerismo, sin detallar que la principal figura política del país sufrió una clara proscripción por parte del corrupto Poder Judicial. O sea que, de modo corrupto, esa verdadera casta aristocrática que nadie elige, le pavimentó el camino a esa libertad que avanza. Pero no celebró de igual forma la derrota de ese partido que también prometió un CAMBIO radical, pero nos entregó al Fondo. Parece que Milei es muy selectivo respecto a quién es casta y quién no.

Finalmente, encontré muy sospechoso que hasta el Cuarto Poder (Medios Masivos) se mostraron desconcertados por el triunfo de ese monstruo que ellos mismos crearon en un set televisivo. Personajes manipuladores como Lanata, Majul, Novaresio, Bonelli y hasta un presentador de noticias histórico de TELEFÉ, se mostraron claramente preocupados ante el resultado de las urnas, como si el monstruo se les hubiera ido de las manos. No escuché a ninguno de quienes entrevistó al flamante vencedor de las P.A.S.O. que lo felicitara siquiera por el triunfo, como si se negaran a aceptar la realidad de que los argentinos y argentinas, a quienes tanto empujan al odio político y la intolerancia ideológica, hayan dado el decisivo volantazo a la ultra derecha.