Cuán Lejos Pensás Llegar, episodio Cuba

Podría suceder cualquier cosa, nunca que uno se olvide de Cuba una vez visitada la majestuosa Isla. Fueron pocos días e insuficientes para entender la dinámica de su revolución. Su gente lo vive, muchos reniegan de su suerte, pero Cuba tiene una impronta que no se encuentra en ningún otro lugar. Las mujeres cubanas son un deleite asombroso. Existe una extraña relación en la convivencia entre las mujeres cubanas y sus hombres: me quedó la sensación de que la revolución cubana ha castrado al hombre cubano de su propósito en su propia historia, algo así como que las mujeres toman su condición femenina como un arma de resistencia económica; la posibilidad de ofrecer su cuerpo a los pasajeros turistas a cambio de una suma que representaría hasta meses de trabajo, tanto para hombres como mujeres en la isla.

Mi anhelo de Cuba

Mis viajes por el mundo han coincidido con grandes acontecimientos políticos que no estaban premeditados como cuando en Bogotá y Medellín nos sorprendió la visita del Papa argentino Francisco (Jorge Bergoglio). En Moscú me topé con la asunción de un nuevo mandato de Vladimir Putin, así como la asunción de Andrés Manuel López Obrador mientras visitaba Poza Rica en México. Esos eventos, insisto, no fueron premeditados, pero resulta una buena ocasión para poner a funcionar esa vocación de comunicador social al estilo periodista que recorre este mundo tan complejo y observa desde su minúscula mirada los sucesos que van haciéndose historia.

Roma y Ciudad del Vaticano

La capital italiana y el centro espiritual del mundo católico en una visita que no tenía el objetivo de detenerme tantos días. Partí al anochecer del Día del Trabajador en el vuelo de Aerolíneas Argentinas que me llevó a atravesar el Atlántico por segunda vez. Terminé quedándome hasta el domingo 6 de mayo por cuestiones ajenas al plan vacacional. La Ciudad Eterna me gustó demasiado poco porque me pareció avejentada y sin brillo.